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Matrioskas: Breve comentario sobre El Vals de Mefisto de Sergio Pitol


Para mí, Sergio Pitol es uno de esos escritores que me provocan aturdimiento. 
(Spoiler alert). 

La estructura narrativa del Vals de Mefisto me recuerda a las matrioskas rusas. Como detalle particular, si los acontecimientos fueran estas muñecas, la más pequeña sería un monstruo policefálico, la suma de posibilidades de posibilidades. Visto así, el reto para el lector de este relato no es enfrentarse a ella, sino notar su belleza, la relación asimétrica que guarda con la primera matrioska contenedora, lo cual, en términos literarios, equivaldría a advertir una estética de situaciones anidadas que se duplican al suave ritmo de un vals.
Me explico. Sergio Pitol parte de un primer nivel narrativo, matrioska 1, la historia de una pareja con una extraña y contradictoria relación de unión-separación. Guillermo y su esposa. Ella lee un cuento de él durante su viaje en tren hacia Jalapa (hecho simbólico, simultáneo de alejamiento-acercamiento). Aquí se expone su experiencia frente al texto, los valores del cuento, así como su comentario sobre las habilidades literarias del esposo, donde aprovecha para hacer cierta descripción de su comportamiento.
Lo interesante es que a través de su punto de vista queda expuesto el tema de los enredos mentales a los que todo escritor suele enfrentarse al momento de la creación literaria. Más aún, la crítica sobre aventurarse a escribir cuando no se tiene conocimiento propio de los tópicos, la música y la milicia en este caso.
El siguiente nivel, matrioska 2, es el cuento escrito por Guillermo. La atmósfera es una sala de conciertos construida con retórica en torno a lo musical. Hay un personaje, otro escritor (paralelismo con Guillermo) llamado Manuel Torres quien deja en segundo término al concierto para dedicar toda su atención a un anciano en un palco, más concreto, a su mirada, a su forma contemplativa de atender la ejecución musical. El palco pasa a ser el verdadero escenario y la particularidad del anciano, el universo de inspiración. De él se desprenden los comentarios que Torres anota en el programa, posibilidades para la adecuación de dos historias: matrioska 3 y matrioska 4.
Matrioska 3 es una dinámica anciano-nieto, la fórmula de tintes autobiográficos tan recurrente en sus relatos, en esta ocasión inserta en un ensueño justificado dentro de un contexto militar, mientras que la 4 equivale a una reminiscencia: un amor de pareja colocado en una historia criminal (en apariencia insospechada en relación a los motivos y al tono de las matrioskas anteriores). Aquí el asunto de la superioridad de quien no ama, la mujer en este caso, tiene una correspondencia con la actitud de la esposa de Guillermo, la de la matrioska 1. Otro paralelismo. De hecho, ella hace referencia a este episodio al inicio del Vals de Mefisto, cuando expresa su desacuerdo, e incluso su experiencia estética a razón de las abstracciones que le recuerdan a su propia vida.
Al final hay un golpe de realidad, una reflexión que ata en un solo sentido a los laberintos del relato. En la soledad se gesta el esfuerzo de la esposa de Guillermo por comprenderlo de manera objetiva como escritor (no como pareja). Y literatura no cesa de maniobrar como un personaje más, como la música que dialoga entre el concierto y el palco dentro del cuento.


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